Vivir con malestar digestivo constante es algo que nadie debería experimentar.
Sin embargo, muchas personas sienten incomodidad después de cada comida, luchan con hinchazón, gases, o cambios en sus hábitos intestinales, y no saben qué está ocurriendo.
Si te sientes identificado con esto, es posible que estés lidiando con el Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado, más conocido como SIBO.
¿Qué es el SIBO?
El SIBO ocurre cuando las bacterias que normalmente viven en el intestino grueso migran y proliferan en el intestino delgado, donde no deberían estar en grandes cantidades.
Este sobrecrecimiento interfiere en la digestión y absorción de nutrientes, lo que desencadena una variedad de síntomas incómodos, desde hinchazón hasta fatiga.
Diagnóstico del SIBO
El diagnóstico de SIBO suele realizarse mediante una prueba de aliento con lactulosa o glucosa, que mide los niveles de hidrógeno y metano en el aliento.
Estos gases son un subproducto de la fermentación bacteriana, y sus niveles elevados indican la presencia de bacterias en el intestino delgado.
Molestias más comunes asociadas al SIBO
Los síntomas del SIBO varían de persona a persona, pero algunos de los más comunes incluyen:
- Hinchazón abdominal: Sensación de plenitud después de comer, incluso en pequeñas cantidades.
- Gases excesivos: Eructos o flatulencia frecuentes.
- Dolor abdominal: Cólicos o dolores abdominales.
- Diarrea o estreñimiento: Alteraciones en la frecuencia y consistencia de las deposiciones.
- Fatiga crónica: Sensación de agotamiento y falta de concentración.
- Intolerancias alimentarias: Particularmente a alimentos ricos en carbohidratos fermentables (FODMAPs).
Tratamiento nutricional del SIBO
El tratamiento para el SIBO incluye, además de la posible administración de antibióticos o antimicrobianos, una intervención nutricional adaptada.
Una de las estrategias más efectivas es la dieta baja en FODMAPs, que reduce los alimentos que las bacterias pueden fermentar, aliviando los síntomas.
Plan de dieta de 3 días para SIBO (Bajo en FODMAPs)
Día | Desayuno | Almuerzo | Comida | Merienda | Cena |
---|---|---|---|---|---|
Día 1 | Tortilla de claras de huevo con espinacas y un toque de queso sin lactosa. Té verde. | Pollo a la parrilla con calabacín asado. Ensalada de lechuga romana, pepino y zanahorias. Aceite de oliva como aderezo. | Salmón a la plancha con brócoli al vapor y arroz blanco. Agua. | Yogur sin lactosa con almendras. Infusión de jengibre. | Ternera magra con puré de calabaza y zanahorias asadas. |
Día 2 | Avena sin gluten con fresas y leche sin lactosa. Té verde. | Pechuga de pavo al horno con ensalada de pepino y zanahorias. Aliño de aceite de oliva y limón. | Pescado blanco con calabacín y un toque de quinoa. Agua con rodaja de limón. | Batido de leche sin lactosa con arándanos y una pizca de almendras. | Pollo al horno con espinacas salteadas y un toque de arroz integral. |
Día 3 | Huevos revueltos con espinacas y tomate. Té de manzanilla. | Ensalada de atún con pepino, lechuga romana y zanahoria. Aliño de aceite de oliva. | Solomillo de cerdo a la plancha con zanahorias cocidas y quinoa. Agua. | Yogur de coco con nueces. Infusión de jengibre. | Salmón al horno con brócoli al vapor y calabacín a la plancha. |
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